La Organización Mundial de la Salud (OMS) está llevando a cabo un plan de acción europeo de alimentación y nutrición 2015-2020 para reducir las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta basadas en dos pautas nutricionales: la dieta mediterránea y la dieta nórdica
Los cambios en el estilo de vida y la globalización están provocando el abandono de la dieta mediterránea, considerada por los expertos como la base nutricional de un modelo de vida saludable. Un cambio de tendencia sobre el que alerta un reciente informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la agricultura (FAO), que ya ha comenzado diferentes planes para revertir esta situación. En este sentido, los expertos de la FAO defienden la recuperación de este patrón alimentario de calidad que supone la Dieta Mediterránea, donde el vino, que tiene la consideración de alimento en nuestro país, tal y como expresa la Ley 24/2003 del 10 de junio de la Viña y el Vino, forma parte de esta pirámide nutricional.
Desde la Fundación Dieta Mediterránea se señala que esta dieta es algo más que alimentación saludable, es apostar por los productos de proximidad, por la sostenibilidad, la cocina tradicional y, en definitiva, por la promoción de lo nuestro. El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hecho público a finales del año 2018, alerta que las enfermedades no transmisibles (ENT) son actualmente la principal causa de muerte en todo el mundo, siendo la más afectada la región europea. De hecho, este organismo alerta de que cada 2 segundos, alguien muere prematuramente por enfermedades no transmisibles en algún lugar de mundo. Una cifra que no es menor en España, donde 9 de cada 10 personas muere por este motivo.